domingo, 8 de abril de 2012

SALUD Los grandes enemigos del hombre

TÍTULO: SALUD Los grandes enemigos del hombre.

Los hombres viven menos que las mujeres: hasta 10 años menos. Y hay una importante razón: no vigilan su salud. Mientras el 80 por ciento de las mujeres de más de 40 se hace una mamografía al año, son poquísimos los varones que se hacen una colonoscopia o un test de esfuerzo. Pruebas vitales para poner cerco a sus grandes enemigos: el cáncer de colon, de pulmón y de próstata y las cardiopatías.



Qué prefiere
: un ligero pinchazo al año en su brazo o padecer impotencia sexual el resto de su vida? la respuesta parece fácil; sobre todo, de decir.


Pero del dicho al hecho... «A diferencia de las mujeres, ellos no tienen aún una cultura preventiva», dice Ana Puigvert, presidenta de la Asociación Española de Andrología (Asesa). Según datos de la propia Asesa, el 44% de los hombres de entre 40 y 60 años no acude al médico, como debería, una vez al año. Ante cualquier posible enfermedad, la mayoría de ellos no acude a las consultas hasta que alguna dolencia clara los empuja sin remedio al hospital. Y, claro, muchas veces es tarde para prevenir cualquier mal y evitar su desarrollo en las fases iniciales. De pronto, solo queda paliarlo. Y el remedio puede acabar siendo peor que la enfermedad, ya que se puede salvar la vida, pero no la calidad de vida que se tenía.


En tiempos como los nuestros –insisten los médicos– resulta crucial, a partir de los 40, ir periódicamente a realizarse controles, se tengan o no síntomas, ya que muchos males mortales como los que se describen en estas páginas comienzan asintomáticamente, en silencio. La tecnología y las avanzadas técnicas de diagnosis han supuesto una verdadera revolución en la detección precoz de enfermedades, pero de nada sirve que la ciencia avance si el paciente no avanza hacia la ciencia. Hoy, como nunca antes, padecer o no los efectos devastadores que ciertas enfermedades causan en estados avanzados puede depender, en parte, del propio paciente, al menos en parte. Las mujeres lo hacen mejor, y así se refleja en las estadísticas de los países desarrollados: viven hasta 10 años más que los hombres. En España, una media de 84,37 años ellas, frente a los 78,16 de ellos. ¿Tiene ya cita para este 2012?
TÍTULO: ¿Cuándo debo hacerme un chequeo?
El doctor Óscar Beloqui, director de la Unidad de Chequeos de la Clínica Universidad de Navarra, aclara sus dudas.



Prevenir y detectar
la enfermedad antes de que aparezcan sus primeros síntomas para tratarlas cuando todavía son curables es hoy la estrategia principal para luchar contra cualquier enfermedad y, especialmente, frente a las cuatro que tratamos en este reportaje. De ahí la importancia creciente de los chequeos, especialmente en las edades en las que los riesgos aumentan de modo exponencial.


Un estudio realizado por la unidad de chequeos de la Clínica Universidad de Navarra lo dejó claro. De 22.000 pacientes analizados, el 89% de los casos presentaban alguna alteración que precisaba consejo médico específico, y en un 2,7% se detectó una enfermedad tumoral maligna que en la mayoría de los casos logró ser así diagnosticada a tiempo. Para hablar de todo ello, citamos al doctor Óscar Beloqui, director de la unidad de chequeos de la Clínica Universidad de Navarra.


XLSemanal. ¿En qué consiste un chequeo?
Óscar Beloqui.
Es un examen integral e individualizado del estado de salud, que incluye aspectos físicos, psíquicos y sociales y cuyos resultados se obtienen en horas.


XL. ¿Qué motivo puede empujar a una persona a someterse a un estudio tan exhaustivo?
O.B.
El primero, valorar sus síntomas, ya que muchos pacientes acuden a la consulta con molestias que debemos estudiar y, a ser posible, subsanar. Pero un chequeo sirve también para detectar enfermedades cuando todavía no han dado síntomas. Entre ellas figuran las enfermedades de tipo degenerativo, como artrosis o arteriosclerosis; las
de tipo inflamatorio, como el enfisema pulmonar, e incluso tumores malignos. Lógicamente, la detección precoz favorece un tratamiento más eficaz.


XL. Vale, un chequeo puede detectar una enfermedad, pero ¿cómo es capaz de prevenirla?
O.B.
Permite evaluar si hay factores de riesgo que, a medio o largo plazo, pueden conducir a un estado patológico. El ejemplo más característico son los factores de riesgo cardiovascular.


XL. En cuanto a la enfermedad cardiovascular, ¿a qué edades comienza a ser conveniente un chequeo?
O.B.
En general se considera que antes de los 30 años es conveniente una toma de tensión arterial y una determinación de glucosa y de niveles de colesterol.


XL. ¿Y para otras enfermedades?
O.B.
Se recomienda una evaluación integral de salud cada 2 o 3 años a partir de los 40, y de forma anual a partir de los 50. No obstante, son reglas muy variables; hay personas que por su trabajo o sus hábitos pueden precisar una atención médica más urgente.


XL. ¿Qué es lo que deben mirarnos en un chequeo?
O.B.
Además de la consulta inicial con un especialista en medicina interna para recoger información sobre su historia clínica anterior y de una exploración física con toma de tensión arterial, peso, talla, auscultación y preguntas sobre sus hábitos de vida, un chequeo implica una analítica sobre el estado de la sangre, situación metabólica, función hepática, renal y equilibrio hormonal... También son muy importantes las pruebas de imagen, que nos permitirán visualizar el interior del organismo. En general consisten en una ecografía y una radiología, aunque en la Clínica Universidad de Navarra mantenemos un protocolo propio que incluye la realización de un TAC de cuerpo entero.


XL. ¿Qué me puede aportar un TAC de cuerpo entero?
O.B.
Esta prueba de imagen, más sofisticada, permite evaluar en la misma exploración, el tórax, el abdomen y la pelvis.


XL. ¿Puede un TAC detectar, por ejemplo, un cáncer de pulmón en fases muy iniciales?
O.B.
En un estudio que hemos realizado con 500 pacientes, un porcentaje significativo presentaba en el TAC alteraciones importantes a nivel torácico, mayoritariamente sin síntomas. La presencia de nódulos pulmonares mayores de 5 milímetros –más habitual en fumadores– recomienda un seguimiento periódico para poder detectar precozmente un cáncer de pulmón.


XL. ¿Y en el caso de la enfermedad cardiovascular?
O.B.
El TAC de cuerpo entero nos muestra el contenido coronario de calcio. Cuanto más calcio hay en las arterias coronarias, mayor riesgo de sufrir un infarto. De nuestro estudio se deduce que en un 38% de los pacientes asintomáticos existía un contenido significativo de calcio en las coronarias.
TÍTULO: Cardiopatía isquémica.

La angina de pecho y el infarto son la causa de muerte más frecuente y matan en España a 20.316 hombres al año, un 25% más que mujeres. Controlar la enfermedad es clave para sobrevivir.



Silenciosamente
. En las arterias se acumula una placa de ateroma –un depósito muy parecido al que se crea en las cañerías–, formado por colesterol, grasa, calcio y otras sustancias. El resultado: la aterosclerosis, el endurecimiento y estrechamiento de las arterias, lo que hace que llegue menos sangre oxigenada de la que debería al corazón. El primer síntoma fundamental de que esto está ocurriendo es el dolor u opresión recurrente en el tórax, aunque puede irradiar a la mandíbula, la garganta, el hombro, la espalda y el brazo o la muñeca izquierdos. Suele durar entre 1 y 15 minutos. Ante este síntoma es clave ir al médico.


1. ¿Qué es una cardiopatía isquémica?

Este término se utiliza para aludir a la angina de pecho y el infarto de miocardio, dos enfermedades provocadas por la disminución de oxígeno que llega al corazón a raíz de una obstrucción de las arterias que lo irrigan. La enfermedad se divide en una serie de etapas, que desembocan en el infarto. El control de la enfermedad en las etapas iniciales puede detener su progresión y dejarla estancada.


2. Ergometría o el test delator

La ergometría o test de esfuerzo es la prueba que confirma o no la existencia de la afección e informa sobre la fase de la enfermedad. Consiste en el registro continuo de un electrocardiograma mientras el paciente realiza un ejercicio cada vez más intenso, en cinta o bicicleta. Se busca así desencadenar en él los síntomas de una angina de pecho y registrar los cambios que se producen en el electrocardiograma, con el objeto de evaluar los riesgos y el tratamiento futuro. Es el examen más utilizado para obtener pruebas objetivas de isquemia miocárdica.


3. ¿Por qué afecta más a los hombres?

Básicamente porque esta afección, que en rigor empieza en la infancia, se manifiesta antes en ellos que en ellas. Los hombres empiezan a padecerla hacia los 40 años; las mujeres, tras la menopausia, ya que la menstruación, entre otros factores, las protege de este mal. Los hombres, a su vez, fuman más y toman más grasas animales. Entre los 35 y los 64 años, la mortalidad masculina por esta causa es cuatro veces superior a la femenina. Solo a los 70 años, la relación se equilibra: 2 a 1.


4. Un futuro preocupante en España

«Si hay una enfermedad previsible, esa es la enfermedad cardiovascular en general y la cardiopatía isquémica en particular», dice el doctor Alfonso Varela Román, secretario general de la Sociedad Española de Cardiología. «De hecho, el tabaquismo y los niveles elevados de grasa representan juntos casi las dos terceras partes del riesgo principal de sufrir un infarto. Y pese a que en los factores de riesgo no podemos actuar –edad, género, antecedentes familiares…–, podemos reducir su impacto con cambios adecuados en el estilo de vida. Y muy importante: si tanto nos preocupa la sostenibilidad del sistema sanitario, el esfuerzo debería estar en la prevención, sobre todo porque medidas sencillas como comer más frutas y verduras, hacer ejercicio de forma regular o no fumar podrían reducir en un 80% el riesgo de padecer un infarto de miocardio. Es esencial subrayar que el proceso que conduce a la enfermedad cardiovascular y al infarto se inicia en la infancia, y las tasas actuales de obesidad en la población infantil y juvenil en España hacen prever un futuro muy preocupante. Todo lo que hagamos para cambiar esa situación, desde las escuelas y familias hasta los médicos y la Administración, será un activo de salud para el país».

TÍTULO: Cáncer de próstata.
Es la segunda causa más común de muerte por cáncer en los hombres de todas las edades. Una buena noticia: todo puede evitarse con un simple análisis de sangre.



Carlos G., de 56 años
, acudió a su médico de atención primaria por un problema estomacal. Al ver su edad, el médico pidió el test de PSA (antígeno prostático específico), un análisis de sangre que mide los niveles de ese biomarcador de cáncer de próstata. La analítica dio positivo, para susto de Carlos, que no había notado síntomas. No es extraño. «El cáncer de próstata curable no da síntomas; el único elemento diagnóstico en esa fase son los niveles elevados de PSA», explica Bernardino Miñana, coordinador de oncología urológica de la Sociedad Española de Urología y jefe del servicio de urología del hospital Morales Meseguer de Murcia.


1. ¿Qué es el PSA? La sustancia delatora


Es una sustancia producida exclusivamente por la próstata. No hay ningún otro órgano del hombre que la produzca. La misión del PSA es contribuir a la licuefacción del semen, es decir, proporcionarle su aspecto tan característico.Esta sustancia está presente en próstatas normales, pero en índices muy bajos. Un aumento en sangre puede indicar un cáncer de próstata.


2. ¿Por qué aumenta el número de casos?

Según los expertos, se debe a dos causas: la epidemia de obesidad –un alto porcentaje de grasa corporal favorece la aparición de cánceres de próstata y mama– y, sobre todo, las revisiones sistemáticas (screening) a varones mayores de 50 años. «De hecho, hoy se debate en torno al test de PSA porque en alrededor del 40% de diagnosticados el tumor no va a evolucionar ni supone un riesgo para la supervencia», aclara el especialista. «Decenas de autopsias a fallecidos por otras causas dan fe de ello: un notable porcentaje había vivido décadas con un tumor de próstata no diagnosticado».


Aunque esos casos cuestionen el test, los expertos creen que es un precio que hay que pagar. «No es un marcador perfecto, puede dar falsos negativos y positivos, pero da la pista para estudiar los casos sospechosos y evitar muchas muertes», dice Miñana. Dicho eso, el sobrediagnóstico conduce a menudo al sobretratamiento. «Le dices al paciente que es muy poco probable que su tumor le dé problemas y, al cabo de un tiempo, la ansiedad le acaba superando y te pide que lo trates», cuenta el especialista. «El problema son los efectos secundarios del tratamiento, que hubieran podido evitarse en muchos casos».


3. Verdades y mentiras de la hormono-terapia

«La hormono-terapia –o castración por métodos químicos– se aplica en tumores que se han extendido más allá de la próstata», explica Miñana. «Aunque produce pérdida de masa muscular, anemia o riesgo cardiovascular a largo plazo, esos problemas se pueden prevenir con dieta saludable, ejercicio, no fumando ni tomando alcohol… En los casos en los que la castración química fracasa (lo que se sabe más o menos al año y medio de tratamiento), tenemos nuevas terapias hormonales que actúan allí donde las anteriores dejan de funcionar».


4. ¿Quiere evitar la impotencia? ¡Acuda al diagnóstico precoz!

¿Y qué hay de la impotencia sexual, ese temido fantasma que evoca siempre el cáncer de próstata? «Es cierto que, en el 30 o el 40 por ciento de los casos en que sería deseable, no podemos preservar la potencia sexual porque el tratamiento afecta a los nervios involucrados en esa función», aclara el experto. «Sin embargo, en esto también hay estrategias cada vez menos agresivas», explica. La mejor manera de evitar este riesgo es el diagnóstico precoz.

TÍTULO. CÁNCER DEL PULMÓN.


Cáncer de pulmón

Mata más gente que los cánceres de mama, próstata y colon juntos. Solo en España se diagnostican 25.000 nuevos casos al año: el 75% en hombres. Sin embargo, es el más fácil de prevenir.



¿¿Cómo suele empezar? Fumando. ante todo. Luego: tos persistente, dolor torácico al inhalar, falta de aliento, cansancio, pérdida de peso sin motivo… Estos síntomas llevaron a Tomás Martín, madrileño de 54 años, al médico. Tras detectarse su cáncer, fue remitido al hospital Ramón y Cajal de Madrid. «Como en la mayoría de los casos, su tumor estaba en un estadio avanzado, lo que descartaba la cirugía y la radioterapia –explica Pilar Garrido, jefa de la sección de oncología médica del Ramón y Cajal y vicepresidenta de la SEOM–. Solo podemos extirpar el tumor con cirugía al 30% de los pacientes; en el resto, el mal ya se ha extendido. La cirugía no es viable».


1. El test de la esperanza


Si la cirugía y la radioterapia no son viables, la quimioterapia es la opción más extendida. Pero la esperanza está en los tratamientos personalizados con fármacos diana, que, a diferencia de la quimioterapia, solo afectan a las células malignas, tienen resultados más prolongados y el paciente los tolera mejor. Esos fármacos bloquean algunos genes claves en el desarrollo del mal, como el EGFR, que permite la multiplicación de las células malignas. Nuestros hospitales ya realizan estos test, pero solo el 10% de los pacientes tiene la mutación genética necesaria para recibir esta terapia.


2. ¿Por qué aumentan los casos?


Básicamente, porque el consumo de tabaco se mantiene, pese al patrón de descenso que se viene experimentando desde hace unos años, con temporadas de repunte. De hecho, el último informe del INE, de 2010, revelaba que el 31,5% de los españoles –uno de cada tres de más de 16 años– fuman, siquiera ocasionalmente, y que un 27, 3 de la población lo hace a diario. En el informe de 2008, los porcentajes eran más bajos. Y en el caso de las mujeres, por el contrario, el consumo aumenta; como el cáncer de pulmón, que entre ellas se ha incrementado un 76% en los últimos 10 años debido a su incorporación al hábito tabáquico. Según datos de la Fundación ECO (Excelencia y Calidad de la Oncología), formada por 24 jefes de servicio de los principales hospitales españoles, el cáncer de pulmón se mantiene como el de mayor mortalidad en España, con más de 20.700 defunciones anuales. Y en la última década las muertes por este mal se han incrementado en un 13%. «Lo más doloroso de esas cifras es que el cáncer de pulmón es el más fácil de prevenir», se lamenta Pilar Garrido. «Se calcula que 9 de cada 10 casos se podrían haber evitado simplemente con no fumar. Antes de la aparición del cigarrillo, este tumor era casi inexistente».


3. El más difícil de curar


Pasan los años y, mientras el número de muertes remite en casi todos los cánceres al compararse los porcentajes de hoy con los de hace décadas, el cáncer de pulmón mantiene sus niveles. «El camino a la curación –dice Garrido– pasa por profundizar en el conocimiento de la biología molecular y las diferencias entre los tumores individuales, buscando personalizar el tratamiento para cada paciente. Los componentes del humo del tabaco alteran muchos aspectos del ADN: necesitamos terapias dirigidas contra estos complejos cambios».


4. Razones para dejar de fumar hoy mismo


A los cinco años de dejar de fumar, el riesgo de cáncer de pulmón se reduce a la mitad respecto a quienes fuman un paquete al día. A la década de dejarlo, es casi el mismo que el de alguien que nunca fumó. Las parejas de fumadores tienen hasta un 30% más de riesgo que las de no fumadores, al igual que quienes trabajan con uranio, arsénico y otros químicos industriales o han trabajado con asbesto o viven en casas con altos niveles de radón (gas emanado por rocas graníticas).

TÍTULO:


¿Por qué las mujeres viven más?

Primera hipótesis: los estrógenos.

Una primera explicación está en la década de retraso con que las enfermedades cardiovasculares (primera causa de muerte en Occidente) se presentan en el sexo femenino. Las mujeres las desarrollan a partir de los 60 años; los hombres, a partir de los 50. Hasta hace unos años se creía que los estrógenos protegían a la mujer en la edad fértil, pero estudios más recientes comprobaron que administrar estrógenos a mujeres posmenopáusicas (cuando se desploma la producción de estrógenos) no solo no reduce el riesgo, sino que lo aumenta.



Segunda hipótesis: la menstruación.


Otros científicos defienden que el déficit de hierro que provoca el sangrado menstrual protege a las mujeres jóvenes frente a la oxidación celular. De hecho, las dietas pobres en frutas y verduras y ricas en carnes rojas –principal fuente de hierro de la dieta occidental– se asocian a mayor riesgo de ataques cardiacos.



Tercera hipótesis: los cromosomas.


Para algunos, la clave está en que las mujeres tienen dos cromosomas X y los hombres poseen un X y un Y. Esa \''duplicidad cromosómica\'' podría favorecer a las mujeres por alguna variación genética favorable presente en el segundo cromosoma X, ventaja que no tienen los hombres.



Cuarta hipótesis: la testosterona. Los altos niveles de testosterona en varones jóvenes predisponen a comportamientos de riesgo: conducir velozmente o sin cinturón de seguridad; enfrascarse en peleas; practicar deportes peligrosos; abusar del alcohol o tomar drogas; practicar sexo sin protección… El mayor número de muertes en varones jóvenes por estas causas reduce sin duda la esperanza de vida media de los hombres.


Quinta hipótesis: malos hábitos.


Hay cuatro cosas que los hombres hacen peor que las mujeres: fuman más; toman más grasas animales y menos frutas y verduras; comparten menos sus preocupaciones y frustraciones; acuden a menos revisiones médicas (lo que retrasa los tratamientos).


Y la gran noticia...


El 70% de la variación respecto a la esperanza de vida media radica en el estilo de vida. Lo cual quiere decir que todos podemos ser actores de nuestra salud. «Los muy longevos concentran el tiempo de enfermedad en la última parte de la vida», señalan los autores del famoso Estudio de los centanarios, de la universidad de Boston. «Eso contradice la idea de que cuanto más viejo, más enfermo. La realidad es que cuanto más viejo llegas a ser, más sano has sido durante toda tu vida».


  




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