sábado, 14 de abril de 2012

FALLECE EL BATERÍA DE UN GRUPO DE MÚSICA MIENTRAS ACTUABA EN MÉRIDA./ MUCHOS HOSTELEROS SE POSICIONAN EN CONTRA DE LA NUEVA NORMA DE VELADORES DE LA CIUDAD.

TÍTULO: FALLECE EL BATERÍA DE UN GRUPO DE MÚSICA MIENTRAS ACTUABA EN MÉRIDA.

El pacense Pedro Javier Bueno-foto- se desplomó minutos antes de las doce de la noche del jueves en el bar Bujío de Mérida .
Pedro Javier Bueno, batería del grupo musical Senda, cayó desplomado al suelo mientras actuaba en un concierto en el Bar Bujío de Mérida, ubicado en la calle Holguín. Sucedió sobre las 23.40 horas de la noche del jueves.
El Centro de Emergencias 112 Extremadura recibió una llamada alertando del suceso y envió la unidad medicalizada de la que dispone en la capital extremeña. Los facultativos asistieron en el lugar a un varón de 39 años de edad, que falleció según todos los indicios por parada cardiorespiratoria.
Según Antonio Ventura, propietario del bar donde se celebraba el concierto, los miembros del grupo y el fallecido estuvieron unos minutos preparando el sonido con normalidad.
A los pocos minutos el batería cayó del asiento y sus compañeros y el público se acercaron pensando que habría sido un desmayo. Un médico asistente al concierto fue quien alarmó a los responsables del local para que avisaran a la unidad medicalizada. En ese momento había 62 asistentes, según los tickets vendidos, además de los responsables y camareros.
Hasta el lugar del suceso también acudió una patrulla de la Policía Nacional.
Este grupo, según informa en su página web, nació en Badajoz en el año 2007 «de la mente inquieta de Alberto Benítez», su vocalista, un ferviente admirador del grupo 'Héroes del Silencio'. De hecho, esta formación rinde tributo a la banda aragonesa. En términos musicales, quiere decir que interpretan versiones de sus canciones más conocidas.
Los músicos de 'Senda' provienen de otros proyectos musicales anteriores, como Sorrow, Noroeste, Insurrección, Digin Blue, por lo que tienen una dilatada experiencia en los escenarios.
Trabajó en Promúsica
Si la fatalidad no se hubiera llevado por delante y de golpe su vida, Pedro Bueno habría estado anoche en 'El Mercantil' de Badajoz, la ciudad en la que vivía, participando en la 'jam session' que reuniría a varios grupos. No pudo ser, igual que tampoco quisieron hacerlo los demás músicos en señal de duelo hacia el amigo perdido.
«No tenemos fuerzas suficientes para subir al escenario», señaló ayer Fermín Serrano, de La Creedencial y también batería, que compartió banda con Pedro Javier, al que define como un excelente amigo de sus amigos.
«Lo haremos más adelante para rendirle homenaje».
Bueno estuvo durante años trabajando en la tienda Promúsica de Badajoz y desarrolló también tareas de comercial, pero lo dejó para dedicarse en exclusiva a la música, que era su mundo y lo que más le gustaba. La batería era el instrumento que más le gustaba, aunque si había que ponerse a los teclados también lo hacía.
«Era un tipo sano, excelente y trabajador, el mismo jueves estuve hablando precisamente con él y todavía no me puedo creer que esto haya pasado», afirmó Serrano, tan dolido como el resto de los que han sentido esta muerte.

TÍTULO: MUCHOS HOSTELEROS SE POSICIONAN EN CONTRA DE LA NUEVA NORMA DE VELADORES DE LA CIUDAD.

Consideran que se reduce en exceso el número de mesas y sillas en la calle, lo que hace peligrar sus negocios.

1.500 euros ya le ha costado al dueño de un establecimiento hostelero de la avenida de Santa Marina la nueva normativa de veladores. Así lo ha establecido el Juzgado que ha ratificado la sanción que le impuso el Ayuntamiento de Badajoz a este empresario por colocar más mesas y sillas en la terraza de su local de lo establecido según la nueva ordenanza que entró en vigor el pasado mes de octubre, tal y como informó ayer el portavoz del equipo de Gobierno del Consistorio, Francisco Fragoso. Pero no es el único caso.
Esta nueva normativa ya está generando una inquietud en muchos hosteleros de la ciudad quienes se posicionan en contra de ella ya que consideran que ha provocado una reducción excesiva del número de veladores que pueden colocar en sus terrazas.
Una de las zonas más afectadas por la ordenanza es la plaza de Santa María de la Cabeza, donde se sitúan varios bares, casi todos de tapas, que sobreviven gracias a estos veladores. «Cerca del 95% de nuestros ingresos viene de los clientes de terraza», asegura Antonio Domínguez, dueño del Bar Pachito. Al igual que a él, a sus vecinos hosteleros también les preocupa la situación que se generará una vez se concedan las licencias del Ayuntamiento.
Domínguez ha solicitado permiso para colocar 14 veladores en su terraza. Con la antigua normativa tenía un total de 12, «pero siempre pedimos más por si acaso». Y asegura que si no se le conceden al menos esta docena no podrá sobrevivir. Luis Valerio, gerente del bar La Aldaba, también ubicado en esta plaza, tiene el mismo miedo. Según cuenta, antes de que comenzará a funcionar la nueva normativa disponía de 18 mesas. Ahora solo ha pedido permiso para 12 porque sabe que las 18 no se le concederán y su preocupación reside en que aún le reduzcan más. «Si la cosa ya está mal y encima me quitan más veladores, solo nos queda echar el cerrojo», destaca. «Como empiecen a recortarnos, como están haciendo con algunos bares de esta plaza, la zona va a quedar igual que la del río», añade Domínguez.
Domínguez y Valerio aún están esperando que les lleguen las respuestas a sus solicitudes, sin embargo, otros hosteleros de la zona ya han recibido su autorización. «Me han bajado de 12 a 6, así no puedo mantener los puestos de trabajo», lamenta el dueño de uno de estos establecimientos, que prefiere no dar a conocer su nombre ya que está esperando una respuesta al recurso que ha presentado al Ayuntamiento con respecto a esta reducción. Según cuenta, le han otorgado tan solo el 50% de la terraza que disponía con la antigua normativa debido al tamaño de su fachada. Su principal queja reside en que, con la nueva ordenanza, el Consistorio no ha tenido en cuenta que la comunidad de vecinos colindante a su establecimiento le ha dado su permiso para ocupar el espacio frente a su portal. «Tengo sus firmas y aún así no me dejan», recalca.
Este no es el único empresario hostelero que ha tenido que recurrir a dicha autorización. Uno de los bares más céntricos de la ciudad, que tampoco quiere dar a conocer su nombre, ha solicitado igualmente que se haga una revisión de su concesión. Según explica, se le ha reducido de 15 a 8 las mesas que podrá ubicar junto a su fachada. Para él, esto sería una pérdida importante de sus ingresos con lo que considera que la medida está siendo demasiado excesiva con los hosteleros.
Mientras unos muestran así su oposición a la nueva ordenanza y piden más flexibilidad al Ayuntamiento con el asunto, otros sin embargo ya exponen sus autorizaciones en la fachadas de sus negocios y aseguran que para ellos es más cómodo. Pepe Gutiérrez, gerente del bar Dadá, situado junto a la plaza de la Soledad, explica que ellos ya exhiben la autorización, tal y como se exige en la nueva ordenanza, en un sitio visible desde hace casi un mes, día en el que se la concedieron. En esta licencia, que se ve desde el exterior del establecimiento, se exponen tanto los metros cuadrados que disponen para su terraza, como el número de mesas que pueden colocar y su ubicación exacta con un plano a escala uno por ciento cincuenta metros.
Este bar solicitó en total la concesión de 16 veladores. La autorización que se les ha remitido le da permiso para 14, todos colocados alrededor del establecimiento. Se trata de una reducción de dos, por lo que consideran que está bien y se sienten contentos. De la misma manera, el gerente de La Casona Baja, Paolo Xarepe, situada en la misma plaza, expone su autorización en el interior del establecimiento. A este local se le han concedido 12 veladores. Están conformes ante la decisión del Ayuntamiento, aunque habían solicitado más y les gustaría poder contar con un mayor número de mesas, ya que, según considera, los clientes buscan terraza.
Los que no expongan estas autorizaciones tendrán una sanción de 300 euros, por ser de carácter leve. Además, la normativa contempla sanciones graves y muy graves, que ascienden hasta los 3.000 euros de multa. A pesar de ello, Gutiérrez considera que en realidad esta ordenanza es más cómoda para todos si se cumple la norma. «Aquí ya ha venido ya la Policía y simplemente le hemos indicado el cartel para que revisen la licencia. Es cómodo para los vecinos, el público, la Policía y nosotros».
«Si me dejan con menos de 12 veladores no puedo sobrevivir»
«Aún estoy esperando a que me den mi licencia. Por ahora nadie nos ha dicho nada»
«Ya tenemos la licencia expuesta. Es más cómodo para el público, la policía y nosotros»
«Ya hemos quitado alguno pero como nos bajen más habrá que echar el cerrojo».

No hay comentarios:

Publicar un comentario