miércoles, 4 de abril de 2012

EL ESCRITOR DOMBENITENSE MÁS ANTIGUO.

El profesor Julio Carmona-foto- encuentra el texto más antiguo escrito por un dombenitense, publicado en 1619 en Lima (Perú) .
«Orgulloso y soberbio llegó a estas islas el holandés el año de 1614 con siete galeones y dos pataches, saqueando la villa de Arévalo», así comenzó el dombenitense Diego González de Arcos la crónica de lo sucedido en Filipinas a partir de ese momento, cuando los ejércitos españoles acabaron con dos escuadras de los Países Bajos que llevaban mucho tiempo asolando las costas del Imperio Español en la batalla de Playa Honda.
Casi casi 400 años después fue descubierto por un paisano suyo, Julio Carmona, en la Biblioteca Nacional de Perú, mientras investigaba sobre la historia de los dombenitenses en el Nuevo Mundo. El documento se puede ver ampliado en seis láminas que están expuestas en la Casa de Cultura local.
Era la época en la que reinaba Felipe III y en la que la Corona de Castilla extendía sus dominios por todo el mundo. Nunca hubo tanto territorio controlado por los españoles, con dominios en Europa, África, América y Asia. Allí, hasta las Islas Filipinas, se trasladó Diego González. Este hombre había nacido en Don Benito en 1580. Hijo de Juan de Arco, originario de Campanario, aunque seguramente la familia procedía de la zona de Arcos de la Frontera. En 1599 se casó con Ana de la Cruz Samaniego en Villamartín. En 1605 ambos emigraron a Filipinas, pasando por México. Precisamente en las autorizaciones que se realizaron para viajar hasta estas islas se describe al personaje. Era de buen cuerpo, barbirrubio, de poca barba, delgado y alto. Allí trabajó de escribano de su Majestad. Nunca volvería a Don Benito.
Narra la batalla de Playa de Honda, en donde el propio Diego González actuó como alférez de la Armada Española. «Es el primer escritor dombenitense que conocemos hasta el momento», afirma su descubridor, quien cree que tener referencia de un primer documento publicado a un dombenitense en el Nuevo Mundo es importante para la historia local de la ciudad. El relato se tituló 'Relación del Suceso de la Armada Real de Filipinas y Victoria que alcanzó de los holandeses que tuvieron sitiada seis meses a la ciudad de Manila con diez naos'.
El hecho de que González de Arcos enviase esta crónica a Lima, donde fue publicada en 1619, tiene su porqué. La armada holandesa había pasado antes por las costas americanas del Pacífico haciendo un gran daño, por lo que un editor de allí, Francisco del Canto, vio con agrado publicar el relato de la derrota de aquellos que antes habían asaltado su ciudad.
«Este relato podríamos considerarlo dentro del relato histórico porque recoge hechos fehacientes», asegura Julio Carmona.
Hallazgo
Julio Carmona halló este documento en el proceso de investigación sobre este personaje. Encontró una referencia sobre este documento en la Biblioteca Nacional del Perú. Se dio cuenta de que una revista peruana de 1946 recogía un inventario de textos de esta biblioteca, que se realizó después de un importante incendio. Ahí constaba la referencia de este texto. «Somos conocedores del documento porque ocurrió un incendio. Un hecho lamentable sin duda ha sido el que ha propiciado el que nosotros podamos tenerlo», afirma Carmona, quien descubrió el texto en el verano de 2010.
Después se solicitó una copia a la biblioteca peruana. Cuando llegó se decidió reproducirlo a un tamaño gigante para que todo el mundo pueda leerlo. Llama la atención la buena conservación del texto, a pesar del paso del tiempo.
Julio Carmona es profesor de Historia, investigador y cuenta con varios libros. Precisamente la historia de Diego González de Arcos aparecerá en una publicación próxima, en la que se hablará también de sus descendientes.

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